BDO Auditores condenada por la Audiencia Nacional como persona jurídica.

BDO Auditores condenada por la Audiencia Nacional como persona jurídica.

La empresa BDO Auditores ha sido condenada por la Audiencia Nacional a dos años de pena de multa, a razón de una cuota diaria de 30 €, en la causa de falseamiento de las cuentas anuales e información financiera de la antigua Pescanova, por falta del adecuado control por parte del auditor externo y socio de la firma de auditoría, quien también ha sido condenado a 3 años y medio de prisión

La empresa BDO Auditores ha sido condenada por la Audiencia Nacional a dos años de pena de multa, a razón de una cuota diaria de 30 €, en la causa de falseamiento de las cuentas anuales e información financiera de la «antigua» Pescanova, por falta del adecuado control por parte del auditor externo y socio de la firma de auditoría, quien también ha sido condenado a 3 años y medio de prisión. BDO tendrá que satisfacer, junto con el resto de condenados, por no formular salvedad alguna a las cuentas anuales revisadas, indemnizaciones a los distintos inversores perjudicados que ascienden a más de 186 millones de euros, en concepto de responsabilidad civil solidaria. Los hechos probados en la sentencia relatan los mecanismos y prácticas irregulares llevadas a cabo por la empresa para la obtención de financiación bancaria y captación de nuevos inversores. La firma de auditoría ya ha confirmado su intención de recurrir en casación la sentencia al Tribunal Supremo.

La sentencia de la Audiencia Nacional que condena a ocho años de cárcel al expresidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa-Faro, tiene otros dos grandes damnificados: por un lado, la auditora BDO, cuyo socio Santiago Sañé ha sido condenado a tres años y medio y que debe afrontar solidariamente unas indemnizaciones de 186,6 millones; y por otro, los pequeños accionistas de Vieja Pescanova, la que cotiza en Bolsa, que pueden perder todo su dinero si esta sociedad (mera tenedora del 1,6% de Nueva Pescanova y en concurso de acreedores voluntario) debe hacerse cargo de algunas indemnizaciones.

Sañé ha sido condenado a tres años, seis meses y un día por los delitos de falseamiento de cuentas anuales y falseamiento de información económica y financiera. Este último delito también se achaca a BDO Auditores como persona jurídica, por el que se le impone multa de dos años, a razón de una cuota diaria de 30 €, pago proporcional de las costas y lo más importante, la responsabilidad civil solidaria en indemnizaciones a distintos inversores perjudicados -Luxempart, Corporación Económica Delta, Silicon Metals, Golden Limits, Corporación Petrolífera y Citurrioz Inversiones- que suman los citados 186,6 millones.

Es la primera vez que se condena penalmente a una firma auditora y a uno de sus socios en España por no haber sido capaz de detectar un fraude contable. Un fraude que el forensic encargado a KPMG por los acreedores de Pescanova sí detectó inmediatamente. La propia KPMG se libró en la quiebra de la CAM (Caja de Ahorros del Mediterráneo), donde ni siquiera se sentó en el banquillo, y Deloitte y su socio Francisco Celma han sido absueltos en la reciente sentencia de la salida a bolsa de Bankia.

Las indemnizaciones ponen en el alambre a BDO

La condena ya de por sí supone un importante daño reputacional para BDO, que ayer mismo anunció que recurrirá la sentencia de Pescanova ante el Tribunal Supremo. Y la reputación es un activo muy valioso en el mundo de la auditoría de cuentas y la consultoría empresarial. Pero el daño económico por las indemnizaciones puede ser definitivo, ya que BDO facturó en España 108 millones en 2019, según el ranking de Expansión, cifra que presumiblemente será muy inferior en 2020.

La responsabilidad solidaria consiste en que los perjudicados pueden solicitar toda la indemnización que les corresponde a cualquiera de los condenados; es decir, no se reparte proporcionalmente entre ellos, sino que uno la podría pagar entera. Y lo lógico sería que estos inversores en Pescanova reclamaran su dinero a BDO. Según la propia firma, existen dos seguros de Mapfre, uno de 16 millones del auditor Sañé y otro de 36 millones de BDO, que reducirán el impacto en esos 52 millones. Pero, aun así, el coste sería letal.

¿Paga la ‘vieja’ o la Nueva Pescanova?

El otro condenado al que podrían acudir los perjudicados es la propia Pescanova, porque el resto son personas físicas. Y aquí surge la duda de si el responsable es ‘vieja’ o Nueva Pescanova. Nueva Pescanova es la empresa a la que se traspasó todo el negocio cuando Pescanova entró en concurso en 2014 y que controlan los bancos acreedores, que transformaron sus créditos en acciones (con pérdidas del 80%). La ‘vieja’ es la que cotiza en bolsa de toda la vida, donde quedaron los accionistas minoritarios y que se convirtió en un mero holding tenedor del 1,6% del capital de Nueva Pescanova. Se encuentra en concurso voluntario de acreedores.

De la lectura de la sentencia se deduce que las indemnizaciones recaen sobre la ‘vieja’ Pescanova; además, la sentencia condena a Pescanova a dos indemnizaciones más por 39 millones a Bankia y UBI Banca, y no tendría lógica que las pagara Nueva Pescanova, donde Bankia es uno de los principales accionistas (se la estaría pagando a sí misma). La Sala incluso tiene en cuenta expresamente las difíciles circunstancias de la ‘vieja’ Pescanova para fijar la multa más baja posible.

Dado que ‘vieja’ Pescanova capitaliza 11 millones y que solo tiene el 1,6% de Nueva Pescanova, por mucho que valga esta empresa no tiene capacidad de hacer frente a las indemnizaciones. Lo cual implica que los perjudicados acudirán solo a BDO a reclamar su dinero. Pero como existen esas otras dos indemnizaciones a Bankia y UBI de las que BDO no es responsable, si estas entidades exigen su pago, la ‘vieja’ Pescanova no tendrá más salida que la quiebra y la pérdida de todo el dinero de sus accionistas.

En resumen, BDO y los accionistas minoritarios de Pescanova -que en el juicio defendieron que también fueron víctimas de los manejos de Fernández de Sousa-Faro- son los grandes perjudicados de la sentencia, que deja su futuro en el aire. Su última esperanza reside en el Tribunal Supremo.

Fuentes:

Ok Diario,  Personasjuridicas.es